lunes, 7 de noviembre de 2016

Silencio, voz y fuego (poesía)


Masturbo las palabras,
la voz
y el silencio
a ver que sale.
En la noche moribunda
la fragancia de un jazmín
excita mis sentidos
El canto de una sirena
me atormenta
Centellea el relámpago en la noche
Ruge en mi corazón
se ve la nave como en sueño
pareciera que eternamente
se va
Naufragaron los leños de tu alma,
mojados
no pueden encenderse
están cansados.
Tristes
como el mar en calma peinado por la brisa
como una espina que aguijonea el alma
como una rosa de amor desesperada
como un retaso de luz en la mirada
como un recuerdo de tiempos idos en la distancia.
Tu infausto amanecer
de mil estrellas,
es un delirio de luz
una locura
Quiero tener la fuerza del amanecer
para morir como el sol allá en el horizonte
Por eso
estoy aquí
sobre la misma piedra
cabizbajo
como un hombre que ha perdido sus sueños,
cansado,
sin rumbo
derrotado al final de la vida
Sin mas recurso que la resignación
¿Porqué callar?
Si aquí en el fondo de este corazón late la
antorcha de una rosa impoluta
y la angustia que queda por los sueños inconclusos
Yo me postro ante el hambre
como un ser
agobiado
mis necesidades me ponen de rodilla
llegan días en la vida que parecen oscuros
Como si todo el camino recorrido fuera en balde
sin propósito.
Enderezo
endereza
enderezando
y la cara de los hijos transmutadas en roca.
¡Amigo!
En este mundo de intenso frío,
el hielo
esta congelando mi alma
¡Amigo!
¡Estoy muriendo!
Porque el dolor se apaga por momentos
pero hay días donde renace como un fénix
de sus cenizas y nos estruja el alma.
En esta copa de cristal que me limita
sumergido en champaña
oteo
en la soledad de una unánime noche
y no logro ver la orilla.
Silencio,
voz
y
fuego.


Humberto J. Ramos






No hay comentarios:

Publicar un comentario