!Madre!
Hay
días,
que
me
asaltan
los
recuerdos.
Acuden
a
mi
mente
como
“ladrón
en
la
noche”.
Y
no
son
placenteros
esos
recuerdos.
Son
dolorosos
Son
recuerdos
que
atormentan
como
aquel
que
se
dice
por
allí:
“Hijo
ilegítimo”.
Y
yo
pregunto,
madre
a
viva
voz
y
voz
en
pecho:
¿Hay
hijos
ilegítimos?.
¡Madre!
¿Qué
mente
perversa
inventó
esa
frase?.
Para
ser
honesto,
madre
en
cada
hombre
que
se
te
acercaba
yo
veía
el
rostro
de
mi
padre.
¡Madre!
No
sabes
con
cuanta
ansiedad
deseaba
ver
a
mi
progenitor
llegar
a
la
puerta
de
la
casa
o
encontrarlo
en
alguna
calle
o
en
alguna
de
tantas
esquinas
de
mi
barrio.
¡Madre!
“la
fe
mueve
montañas”.
Y
yo
tenía
tanta
fe,
y
tantos
deseos
de
moverla.
Pero
la
montaña
nunca
se
movió.
Así
es
la
vida,
madre.
Humberto J. Ramos
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