Vi
un
ser
Supongo
que
era
un
ser,
o
lo
que
queda
de
él.
Andrajoso.
Destilando
mugre
por
su
piel.
Pelo
enmarañado.
Pies
descalzos,
buenos
cuando
el
pavimento
rechina
como
braza.
Caminaba
tendido
por
la
avenida
Bermúdez,
rumbo
al
puente
Guzmán
Blanco.
Hizo
una
parada.
Tomó
del
suelo
un
esqueleto
de
arenque
ya
pisoteado
por
los
transeúntes.
Lo
llevo
a
su
boca.
Lo
olió.
Lo
saboreó.
Lo
masticó.
Lo
tragó.
Esbozo
una
sonrisa.
Emprendió
su
marcha
rumbo
al
al
puente
Guzmán
Blanco.
Iba
muy
feliz.
Era
la
primera
comida
del
día.
Humberto J. Ramos
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